jueves, 17 de mayo de 2012

El negocio del amor



Al despertar vio con alegría que ella seguía allí dormida. Nunca había creído en las relaciones en las que el dinero estaba por medio, pero esta vez había sido distinto. Se vistió y se sentó en la cama sin saber si debía despertarla. La olió, la besó en la mejilla y decidió dejarle una tarjeta suya con estas palabras: “que la próxima vez no sea el dinero el que nos una”. Dejó los 200€ en la mesilla y se marchó. Esa mañana retiró todos sus anuncios de las secciones de contactos. Desde entonces espera, como un quinceañero, su llamada.

P.D. La foto está tomada en el Parque de la Fuente del Berro (Madrid). el que quiera saber más sobre este parque pueda pinchar en este enlace.



lunes, 7 de mayo de 2012

Extranjero



Aunque han pasado muchos años, hay cosas que el tiempo no cambia. Sí lo ha hecho el equipaje que le acompaña: cuando llegó a ese país en el que no entendía ni los buenos días llevaba dos bolsas, y hoy vuelve con varias maletas. También se ha transformado su barrio de siempre: los bares de antaño ahora son locales de comida rápida, la churrería una tienda de chinos y el ultramarinos un sex-shop. Pero lo que no ha cambiado es lo que más le duele. Veinte años después vuelve a sentirse extranjero, pero esta vez en su propio país.



P.D. Aunque no tiene relación con este microrrelato, la foto está tomada de esta entrada de mi otro blog sobre los fotógrafos minuteros.



jueves, 3 de mayo de 2012

Juguetes

La foto está tomada en la Plaza del Carmen (Madrid). En el mural puede leerse una frase de Enrique Tierno: "La paz no se consigue sin esfuerzo. si quieres la paz, trabaja por la paz"

Se entrenaban para estar muertos. Eso era lo que pensaba al observar cómo aquellos muchachos se instruían para entrar en combate. Desde la ventana de mi cuarto les veía vociferar al unísono lemas patrióticos y canciones bélicas mientras preparaban sus fusiles. Era la única forma que conocían de espantar al miedo.
Habría querido gritarles, y decirles que estaban siendo utilizados, pero el pánico me lo impedía. Mientras mi conciencia se despertaba, mi padre bostezaba. Su única preocupación era sacar lustre a las decenas de medallas que lucía en el pecho y pensar dónde podía hacerle hueco a una nueva.



Los otros caminos

Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda  #HistoriasdelCamino Los otros caminos Cuando reservé el autobús para ir hasta Vilalb...